18 julio 2006

Zentner · Mattotti - Caboto

Título: CABOTO
Autores: ZENTNER, MATTOTTI
Volumen único
Páginas: 56 Color
Idioma: Castellano
Precio: 15 €

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De Sebastián Caboto sabemos que fue Piloto Mayor del Reino en la época de Carlos V, explorador, comerciante, científico, navegante, cartógrafo... Pero su verdadera historia son sólo suposiciones a partir de sus logros y sus fracasos en busca de su Dorado particular. Así es como Zentner concibe la narración, deduciendo de las voces distorsionadas de la Historia y dejando que el estilo pictórico del maestro Mattotti ilustre una de sus mejores obras.
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NARRAR: OFICIO DE SOBREVIVIENTE
Emprendí este libro convencido de que debía trabajar en el marco del llamado relato histórico; poco después -tras leer los primeros materiales documentales sobre Sebastián Caboto- comprendí mi error: en realidad, me encontraba ante un relato de misterio.Era un misterio doble: por una parte, la vida y la personalidad del protagonista, sepultadas en el polvo del tiempo y de las informaciones contradictorias; por otra, la empresa narrativa, que necesariamente tenía que desarrollarse en la bruma creada por cronistas interesados, no siempre nutridos en fuentes directas y fiables. Puesto que era inevitable, el libro quedó marcado por el paralelismo existente entre la aventura del ambicioso y arrojado navegante Sebastián Caboto y esa otra aventura -no menos ambiciosa- del narrador que, con su relato, pretende encerrar hechos hipotéticos en la cárcel de la verdad.
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BIOGRAFÍA IMPOSIBLE
Se supone que Caboto nació cuando Cristobal Colón empezaba a visitar reyes en busca de ayuda pasa sus viajes. Es decir, una época en la que el planeta Tierra se resistía a ser representado "tal cual es" mediante el dibujo. Sobre vastísimas zonas, los cartógrafos estaban obligados a dejar enigmáticos blancos o sugestivos signos de interrogación. La ignorancia, muchas veces, se disfrazaba -mal- de insondable abismo, de gigantesco e imaginario monstruo marino.Sebastián Caboto fue uno de estos cartógrafos; posiblemente el que más información -y en consecuencia poder- acumuló en su época. Pues bien: de este hombre -durante treinta años Piloto Mayor del reino de Castilla y a quien se atribuye el trazado del primer mapamundi- ni siquiera conocemos con certeza el nombre.
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¿CABOTO? ¿CABOT? ¿GAVOTTO? ¿CAPUTO? ¿GAETA?
Intentar trazar su carta astral sería una osadía: nació en 1477, o en 1480, o en 1483... El único dato comprobado es que nació en Venecia, de madre veneciana, y que muy pronto fue llevado a Inglaterra. De su carácter, algunos dicen que fue un gran charlatán, mentiroso, intrigante... Insisto: narrar una historia protagonizada por Caboto se parece mucho a navegar por mares desconocidos, provisto de pocos y malos mapas.
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VIAJAR, NARRAR, IMAGINAR
En ningún momento este libro pretendió ser una biografía. Humildemente, del archipiélago de misterios que fue la vida de Sebastián Caboto, sólo hemos intentado explorar una pequeña pero interesante isla: un viaje.La aventura comenzó el 3 de abril de 1526, en Sanlúcar de Barrameda; el objetivo manifiesto -auténtica obsesión de aquellos tiempos- era encontrar un paso hacia las islas Molucas, hacia el territorio de las especias. Los barcos llegaron a las costas del Brasil, a la altura de Pernambuco; en ese lugar, Caboto reunió a los oficiales de la expedición y les comunicó un cambio de planes: pretendía internarse y explorar el Río de la Plata, llamado entonces Río de Solís en recuerdo del navegante muerto en manos de los indígenas.Nunca sabremos con certeza los motivos de este cambio de rumbo. Algunos hablan de un accidente de navegación. Otros, de pactos secretos con el rey Carlos I. No faltan quienes, en la decisión, ven la incontenible fiebre de la ambición económica, alimentada por relatos de los sobrevivientes de expediciones anteriores: el imperio del Rey Blanco... la Sierra de la Plata... naves cargadas de oro...
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LEER
Sabido es que, por razones físicas, todo libro -exceptuando algunos que Borges describió en sus ficciones- tiene un principio y un fin. Las historias que los libros narran, en cambio, quedan abiertas y expuestas a la acción de la memoria, de la imaginación, del tiempo. Ocurre, en cierto modo, lo mismo que con los viajes y con los grandes amores.
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La última página de los relatos genera, como los puertos a los que se llega y los rupturas para siempre, sólo una ilusión de acabamiento. Porque lo cierto es que en el punto final -de un viaje, de un amor, de un libro- empieza el relato, la relectura, el recuerdo.
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JORGE ZENTNER.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Really amazing! Useful information. All the best.
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